La probabilidad de que una mujer en edad previa al matrimonio esté soltera es indirectamente proporcional a la cantidad de habitantes en el mismo rango de edad en la localidad en la que vive.
12 de octubre de 2014
Addendum (demográfico) a la teoría de la proximidad
18 de agosto de 2014
La teoría de la proximidad
25 de noviembre de 2011
Mi dueño
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(CC) Johan31000/Flickr |
14 de noviembre de 2011
Búsqueda existencialista
Era cerca de la medianoche y como desde hace pocos días, la brisa mecía las hojas del árbol que justo frente a su ventana obstruían tanto su visión como la poca luz que de la lámpara pública llegaba.
Recostado como estaba, era sencillo tener un vistazo de sus vecinos. Probablemente una habitación oscura con persianas entre abiertas era muy poco intimidante como para esconderse. De cualquier manera, ese mundo entre rendijas poco le importaba. Casi al mismo tiempo en que llegó el viento que mece a las ramas afuera había decidido dejar de pensar en todo lo terreno. Había decidido dejarse a la suerte de su propio sentido; esa noción existencialista que le ofrecía libertad y autonomía únicamente a cambio de su humanidad (pues el alma no era en ese aspecto bien que pudiera ponerse a la venta). En cierta manera era un «todo incluido» de grandes beneficios que tenía el pequeño inconveniente de un precio en extremo ambiguo.
Tal vez por esa decisión la recámara desprovista tanto de objetos como de colores hacía buen juego. En su desnudez neutra las paredes no eran más que un lienzo a la espera de un destello creativo, el fruto consumado de la libertad reveladora que no debe tributo a ser ni a hecho alguno. Él, en su soledad y extensión, mínima pero irreducible, era el artífice de toda razón y sentido: el director, el arquitecto, el rey, el dios.
25 de julio de 2011
La clave de Gaspar.
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(CC) saguayo/Flickr |
Solía hurgar en los buzones y las puertas entreabiertas, con la esperanza de descubrir algún día el objeto valioso que le revelara la clave secreta que le cambiaría la vida. No sabía muy bien qué forma o color tendría, si tendría muchas partes, si podría llevarlo en el bolsillo o si necesitaría de una bolsa, si sería comestible, si estaría vivo o si se podría vender a otra persona. De todas maneras lo buscaba en cada rincón y esquina, asomándose a lugares donde su mirada no siempre era bienvenida.
Dicen que quien persevera alcanza y el caso del pequeño Luis Méndez no podía ser la excepción. Cierto día al salir de clases pasaba por una vecindad parecida a la suya cuando escuchó un ruido tan fuerte que le hizo detenerse:
31 de mayo de 2011
Infidelidad.
Casi nadie lo sabe, pero al principio todos los hombres eran fieles. Solían entregarse única e incondicionalmente a una sola mujer. Estaban ahí para quererlas, cuidarlas, mimarlas, respetarlas y entenderlas. Se volvían uno con ellas, compartían sus posesiones y les expresaban todas sus ideas. Sabían perfectamente que no había necesidad de mirar a otras, ni de desear múltiples aventuras, pues habían encontrado a la persona indicada.
O al menos eso creían.
Poco a poco, como los niños que dejan de creer en los cuentos que les contaban de muy pequeños, se dieron cuenta que la realidad era otra. Detrás de su apariencia frágil y agradable escondían una hábil mente mucho más preparada para entender en toda su complejidad las relaciones, sus límites, posibilidades y consecuencias. Lo que posiblemente empezó siendo curiosidad había degenerado en una demostración de absoluto control.
13 de abril de 2011
Indignado.
Realmente estoy indignado. No porque de tanto repetirse la tragedia, hasta haya podido ser representada; sino porque algo tan importante se haya vuelto para muchos en solo eso, una simple representación. Algo bonito y favorable que hacer por uno mismo, para que hable bien de la nula consciencia colectiva de la que algún día se pueda uno servir.
¿Pero qué se le puede pedir a un montón de personajes que fieles a la vieja usanza, o simplemente demasiado estúpidos para siquiera entenderla, continúan las mismas absurdas mañas? ¿Qué cambio puede pedirse en un par de posiciones que desde hace generaciones no hacen más que reforzarse? Como el aplauso monótono y forzado: así suena la conciencia hueca de quienes viven una existencia superficial y adicta a la parafernalia hedonista.
¡Sigan disfrutando de los signos corrientes que los esclavizan como en otros tiempos hicieran los espejos y cuentitas!
Esta vez lo he visto mucho más claramente. Aislado de las influencias usuales y ante el escrutinio de quien no conoce, pude distinguir las famosas dos caras. La blanca y la morena, la estoica y la emotiva, la grave y la quimérica.
12 de abril de 2011
Interrogatorio
Nuevamente son las cinco de la tarde. Una hora emblemática en muchos puntos del planeta, pero no en éste. La luz aún diurna se cuela despojada de toda calidez, como si el blanco de los muros contagiara la definición de neutro a los alrededores. Nuevamente llego a aquella silla negra colocada de manera equidistante, saludo a la claustrofobia de siempre, cierro los ojos, tomo un respiro y empiezo el interrogatorio.
-¿Nombre?
- Para qué lo quiero si siempre es el mismo?
-¿Nombre?
-¡Pero si es el mismo!
-¡Nombre!
-Yo
-¿Edad?
-Es un misterio.
-Necesito que ser más preciso que eso.
-Algunos ayeres, al parecer aún no los suficientes.
-Muchas gracias. ¿Motivo del encierro?
-Sublevación al orden establecido y diferencias culturales irreconciliables.
-Por favor deje de estar bromeando, ¿podrías ahorrarme la pena de tener que hacerme la misma terapia de persuasión de la vez pasada? Como puedo ver ni siquiera me han salido cicatrices. ¿Motivo del encierro?
31 de marzo de 2011
¿Y si hubiera…?
Vamos, es natural. Después de algunos años te preguntas qué hubiera pasado si en las decisiones que más trabajo te costaron o los sucesos que más te marcaron hubieras decidido de forma diferente. Es como tener muchos guiones incompletos con los que escribir nuevos personajes, para luego reencontrarte con ellos es una especie de reunión orgullosa y egoísta que irónicamente resulta placentera.
Lo que es peor, sólo hace falta un estímulo minúsculo para en seguida dejarte llevar a recordar. Generalmente basta con tener noticias de alguien que actuó de manera diferente o quien te acompañaba en ese momento. Ahí es cuando caes en la cuenta de que el tiempo realmente pasa. ¿Fue acaso ésa y solo ésa la decisión responsable de que los antes compañeros ahora se encuentren tan distantes? O es la suma de decisiones que se desencadenaron después? De cualquier manera ahora se pueden apreciar los resultados, con todo lo bueno o lo malo que estos pueden significar, pero sobre todo con la diferencia abismal entre lo que ahora eres y lo que pudiste ser.
Luego de un brevísimo resumen de los hechos (al mas puro estilo de un noticiero o programa deportivo) regresas a la emoción de esa eterna duda binomial: ¿sí o no? ¿Qué? muchas cosas. Le digo, me subo, lo dejo, lo hago, lo rechazo, voy o lo cambio. En este caso digamos que es una combinación “le digo, lo hago y voy“. Con el resultado ante tus ojos puede que cambies de opinión; puede que finalmente conozcas algo que siempre supusiste y que te hará sonreír o llorar; puede que te preguntes incluso si aún no es demasiado tarde como para dar marcha atrás. Lo cierto es que no serán las mismas condiciones, que no habrá los mismos resultados y que la ilusión de determinismo empírico simple es en realidad la nostalgia por una oportunidad pasada que precisamente ya no volverá.
20 de marzo de 2011
Décalage sur le temps
Peut-être un peu étonant pour ceux qui ne savent pas déjà, mais l’imitation c’est le méchanisme le plus simple pour démarrer le processus qui aboutisse finalement dans une amitié. Toujours comme au début de l’éxistence du être humain, on aprécie les gestes les plus pareils aux nôtres et éventuellement on éxige une sorte de synchronisation existentielle comprenant les souhaits, les craintes, la culture, les habitudes, la maturité, la langue et même l’apparence. Alors parfois il est possible que dans un groupe certains membres, pour quelque soit la raison, ne réussisent pas à maintenir le rythme. C’est dans ce cas qui se produit le décalage.
8 de marzo de 2011
Subestimadas
Más que a los hombres me dirijo a los caballeros, consumados y en proceso. Todos aquellos que han sido benditos con la presencia de una o más mujeres en su vida diaria. Sea una novia, una amiga, una conocida, una compañera o una total extraña obsesivamente interesante. A ustedes les pregunto ¿Se han dado cuenta del portento que tienen a su lado? Más allá de la cara que saludan diariamente hay un mundo de encantos listo para ser descubierto. ¿Lo han visto?
Humanos como somos, apreciamos el cambio brusco sobre el gradual. En otras palabras, una cara bonita o un cuerpo atractivo son fáciles de ver, pero cuando se trata de cualidades o pequeños detalles nuestra vista se torna más corta. Lo peor, intentamos disimularlo con algunos comentarios vagos que no hacen justicia a la situación.
Así que la próxima vez antes de contemplar perdidamente un escote (delirio de todos los hombres) convendría pensar en la gran experiencia que dejas atrás. Aquella mujer que tienes enfrente bien podría ser la que inspire la idea genial que algún día dará sentido a tu vida. Sea a base de evasivas que te hagan buscarla hasta perseguirla o con el aún más sutil arte que prácticamente emane en su día a día.
Puede ser el sabio consejo y acogedor consuelo en medio de las dificultades que todos los días te acechan. Incluso a estas alturas y sin que te dieras cuenta ya pudo haberte evitado algunos tragos amargos, apartándote de quien no te quiere o queriéndote para que no te sientas apartado.
Quizás con ella construyas los recuerdos más intensos de tu vida, tan intensos, tan perfectos, tan fugaces y tan sinceros. Precisamente los que te harán sonreír cada vez que los recuerdes, como el signo irrefutable de una etapa más hermosa, cuando reíste a más no poder y jugaste como niño aunque no lo fueras. Una etapa donde ella te acompañaba.
23 de febrero de 2011
¿Cuánto?
21 de febrero de 2011
Dulce y prohibida tentación
A estas alturas ya has de imaginar mis intenciones. Y la verdad no es ser descarada, pero sería bueno aceptar que de ser permitido tu también las admitirías públicamente.
Culpa a la distancia, a la carencia, a mi debilidad o a mi renuencia. Al final todo se resume en un simple pero mortal dilema: sucumbir a la traición que nos permitiría disfrutar el amor opuesto que no nos corresponde. ¿O es acaso amor una palabra demasiado fuerte? Debería usar alguna otra más confusa y endeble en su lugar, sólo por si al final en el pleno acto de confrontación y disipación de dudas tu actitud esquiva resuelva por abortar la empresa una vez más.
20 de febrero de 2011
Bleu, white y rojo
1 de febrero de 2011
Niños en el hielo.
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(CC) Emile Bremmer/Flickr |
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(CC) ☺ Lee J Haywood /Flickr |
5 de enero de 2011
Eres pobre.
Como cada día te levantas en el silencio donde no hay nada, ni música que te arrulle, ni el olor de un delicioso desayuno para ti hecho; mucho menos una voz que te acompañe.
Te incorporas e instantáneamente descubres todas tus pertenencias expuestas en el piso en las posiciones que ocuparían si estuvieran en estantes, mesas y cajones. Tomas la misma playera y el mismo pantalón de ayer para evitar ensuciar más ropa. Hurgas en la bolsa de la comida buscando algún pan completo, pero sólo queda una mitad y dos galletas. La primera está dura, las segundas muy aguadas. De todas maneras las tomas y las acompañas con algo parecido a café frío. Tomas tu vieja y algo rota mochila y sales a la calle.
Lo bonito de ir caminando es que vas descubriendo los detalles de las cuadras que si fueras en autobús no podrías ver. Librerías con tomos de muchos tamaños y colores, cafés y restaurantes con diferentes decoraciones y olores, tiendas con más productos, anuncios y ofertas de las que hayas podido imaginar, inspirándote en una manera ciertamente peculiar. Consumiendo sin pagar, tomando sólo las ideas que afortunadamente no te pueden cobrar.
1 de enero de 2011
Disertación de la Sospecha
30 de diciembre de 2010
Víspera
Hace ya algún tiempo escuché decir a un viejo algo loco pero muy sabio que la felicidad no está en el momento que soñamos, sino en la espera que transcurre desde que sabemos por primera vez de él hasta que al fin llega. A estas alturas yo agregaría que esa intensificación no sucede únicamente con la felicidad sino con la angustia, los celos y la desesperación.
En cierta manera son las mismas sensaciones, pero a la inversa. Continuamente la misma idea te persigue, desarrollando poco a poco los más insospechados detalles, como escurridizas extremidades, penetrando la más sólida calma a medida que se van fortaleciendo.
Invaden sin tregua la comida, las horas de sueño, el transporte, el tiempo de aseo... hostigando con toda clase de negativas y rechazos: no va a dar tiempo, no vas a poder, no es suficiente, no perteneces ahí, jamás te aceptara… En conjunto es una experiencia tan frustrante que quizás por ello se le excluye de nuestras listas y recuentos dejando figurar únicamente a su variante alegre más cercana.
18 de diciembre de 2010
Equivalencia lingüística
Dados los síntomas puede hablarse de un cambio hostil en el comportamiento producto de la pérdida de una extensión virtual de la memoria, interpretada psicológicamente como la repentina inaccesibilidad a información especializada sobre ciertos sucesos y temas anteriormente accesibles de manera sencilla.
Es sentir la ausencia que dejaron esos pequeños detalles que hacían los días malos más llevaderos y los buenos, perfectos. Es saber que desde hace unos momentos todo ha cambiado y no habrá más oportunidades para reír, jugar y abrazar como antes. Es querer volver atrás y no poder hacerlo.
***
A nivel fisiológico es la disminución brusca en la producción de hormonas, específicamente dopamina y norepinefrina acompañada de un incremento en los niveles de serotonina. La inversión de los procesos propios de la empatía y la cordialidad.
Es un vacío que te oprime desde que lo recuerdas durante los primeros momentos en la mañana y que no te deja hasta que pierdes la consciencia por la noche. Es repasar la situación una y otra vez imaginando diferentes finales, atormentándote con las múltiples fantasías que el “hubiera” puede dar.
11 de diciembre de 2010
Regalo
Hoy he decidido regalarme un día de honestidad mordaz. De esa que atropella gustos e hiere susceptibilidades, la que sería más cruda que la verdad de no ser porque dejaría de ser ella misma. Junto a ella decidí obsequiarme una de esas preguntas tontas típicas del de vez en cuando, esas dudas fugaces aparentemente tan atractivas hasta que alguien pasa una mano frente a nuestros ojos rompiendo el encanto.
¿Qué es un regalo? ¿Es la intención de aprecio escondida en los coloridos motivos de un papel absurdamente caro? ¿Es el misterioso objeto de deseo que se escapa de nuestra imaginación hasta que lo vemos radiante en un escaparate al que nunca debimos mirar? ¿Es el gesto amigable de aprecio entre dos personas o la recompensa vil por el buen servicio en la compañía de una persona? ¿Es libre o forzado por una fecha sin pasión celebrada? ¿Es tan efímero como un auto blindado o tan permanente como una caricia confesoria al oído susurrada? ¿Es la forma fácil de pagar las ausencias pasadas, presentes y futuras? ¿Es todas estas cosas o ninguna?