14 de noviembre de 2011

Búsqueda existencialista

Adagio for TRON by Daft Punk on Grooveshark

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Era cerca de la medianoche y como desde hace pocos días, la brisa mecía las hojas del árbol que justo frente a su ventana obstruían tanto su visión como la poca luz que de la lámpara pública llegaba.

Recostado como estaba, era sencillo tener un vistazo de sus vecinos. Probablemente una habitación oscura con persianas entre abiertas era muy poco intimidante como para esconderse. De cualquier manera, ese mundo entre rendijas poco le importaba. Casi al mismo tiempo en que llegó el viento que mece a las ramas afuera había decidido dejar de pensar en todo lo terreno. Había decidido dejarse a la suerte de su propio sentido; esa noción existencialista que le ofrecía libertad y autonomía únicamente a cambio de su humanidad (pues el alma no era en ese aspecto bien que pudiera ponerse a la venta). En cierta manera era un «todo incluido» de grandes beneficios que tenía el pequeño inconveniente de un precio en extremo ambiguo.

Tal vez por esa decisión la recámara desprovista tanto de objetos como de colores hacía buen juego. En su desnudez neutra las paredes no eran más que un lienzo a la espera de un destello creativo, el fruto consumado de la libertad reveladora que no debe tributo a ser ni a hecho alguno. Él, en su soledad y extensión, mínima pero irreducible, era el artífice de toda razón y sentido: el director, el arquitecto, el rey, el dios.

 

4850235104_0da5d1c26d_bMás todo aquél poder contenido resultó ser estéril. La existencia de él en cuanto a sí mismo era como la de un foco que busca encender por el solo hecho de ser foco, queriendo alimentar sus filamentos con su intención de verse incandescente. No pasó mucho tiempo antes de darse cuenta que la naturaleza evolutiva de su psique humana lo había engañado.

De la noche a la mañana había muerto antes de perder la vida. Era un simple contenedor de células más o menos saludables que servían de hogar a genes más o menos dominantes. Nada más que el envase de un montón de sucesos coincidentes, la envoltura de un proceso milenario aún por terminar, una hoja de papel igual o más endeble que las hojas del árbol fuera de su cuarto, la cual, para colmo, también carecía de un soplo.

Largas horas había buscado esa bocanada de aire inspirador. Tanto que había decidido permanecer ahí acostado hasta que una idea arrolladora lo hiciera brincar de su descanso, convencido de poder cambiar el mundo, de revolucionar a la sociedad.

Había decidido esperar que el soplo lo moviera.

Había decidido poner su esperanza en aquel soplo.

Había decidido CREER en aquel soplo.

Rio irónicamente y en silencio. Acababa de darse cuenta que de todos los falsos juicios que pudo haber hecho, había caído en el más sencillo. Avergonzado por haber planeado su vida con una burda imitación de culto animista, brincó por fin de su cama para hacer el único acto posible bajo esas circunstancias. No había escapatoria.

Mientras iba por el cinturón lo repasaba. Si la liberación de toda restricción de pensamiento le había demostrado que su existencia era prescindible, puesto que la cruzada heroica a emprender jamás se presentó, y su cerebro reptiliano manipuló al lóbulo frontal para armarse de un propósito temporal que lo consolara. Estaba claro que la existencia de un «brillante» entre tantos creyentes estaba destinada al fracaso. No era más que una mutación persistente si acaso por un par de generaciones. Y si el destino de los nuevos portadores iba a ser el mismo, ¿Qué sentido tenía traerlos a la realidad?

¿Qué sentido tenía la realidad?

Juntó los libreros altos y pletóricos de libros que custodiaban su sala para hacer una especie de altar final. Sonrió ante lo irónico que resultaba que las mismas letras que un día le prometieron una nueva vida hoy fueran a quitársela... o al menos los procesos fisiológicos distintivos. Se apoyó en el banquito donde solía poner las bebidas y refrigerios con los que acompañaba sus ideas, mismas que ahora serían los únicos testigos de su acto final.

Rodeaba su cuello con el cuero tieso cuando imaginó su esencia liberarse finalmente de su prisión corpórea, cual mariposa asomando de su capullo: una visión hermosa en verdad.

... Aunque ilusoria desde que tanto él como yo sabemos que su alma no es más que un artificio producido por...

Y antes de que su conciencia pudiera arrebatarle el último soplo creativo, saltó.

hangman

1 comentario:

  1. Me gusto la descripción en los dos primeros párrafos, el aire taciturno es bueno y continuo en todo el texto creando el ambiente adecuado con todo y la habitación, la atmosfera… muy bueno, pero el estilo de la redacción sigue ocasionando que me distraiga, tuve que leerlo más de una vez para digerirlo todo junto en especial cuando el tipo empieza con la auto lamentación.
    En opiniones cada uno deducirá el tema central que quiere pero para mí fue la decepción o tal vez el ego narcisista haciéndose trisas por no conseguir una obra maestra con la que creerse el centro del universo, tomando como tema secundario la búsqueda de la idea.
    Al final se rompe la línea del narrador y el personaje pero es un buen final, frio e irónico. Perfecto para el aire melancólico y de una mente que se hizo trisas ella sola.

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