22 de junio de 2013
Filosofía natural de las vidas paralelas
27 de septiembre de 2011
Vida y obra de mis amigos espejuelos
2 de agosto de 2011
Carta a los niños de México
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(CC) xavi talleda/Flickr |
Queridos niños,
7 de julio de 2011
Never let your stories end.
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(CC) San Jose Library/Flickr |
Grito procesado
31 de mayo de 2011
Muñeca Rusa
Al principio fue simplemente la apariencia. Como cualquier muñeca de su estilo, la capacidad de llamar la atención a través de los ojos es lo que hace la diferencia. Simplemente eras demasiado parecida. En los rasgos, en los ojos, a ratos hasta en el cabello, eras una bonita distracción entre la presión del día. Apariencia exaltada en la escala exacta para resultar siempre deseable y nunca excesiva.
Luego pude separar el físico del estilo. Si bien era cierto que el rostro por sí mismo era lindo, la conjunción de elementos que definían una personalidad sofisticada ayudaban a enmarcar la imagen de perspicaz y carismática. Lo suficientemente autónoma como para marcar su propio rumbo a través de la vestimenta.
Más al fondo encontré las coincidencias. Si bien es conocido que el reencuentro a frecuencia constante es la base para permitir la atención, no deja de ser interesante. Ingenuo en un principio: mismos tiempos, mismo edificios; increíble luego: misma universidad, misma ciudad, mismo país, parecía incluso que mismos pasatiempos.
1 de abril de 2011
Como en el primer día.
Tal vez lo encuentres próximamente o ya lo hiciste sin saberlo. Un viejito que suele subirse al autobús que va directo al centro comercial. Un poco encorvado, casi nada, con la mirada perdida pero una ligera sonrisa dibujada. Siempre intenta ir de pie y durante los primeros cinco minutos lo logra, aunque luego tiene que pedir un lugar para ir sentado. Sus rasgos aunque cansados aún muestra un rostro redondo y en otros tiempos atractivo. Su ropa parece ser la adaptación libre del clásico juvenil: pantalones de mezclilla con tenis y una chamarra café de piel que se volvieron pantalón de mezclilla con zapatos y una chamarra de gabardina.
No lleva bolsas, ni un periódico, ni siquiera una cartera; sin embargo siempre baja frente al centro comercial y se pasea. No mira los aparadores, no le interesan las ofertas, simplemente ve a las demás personas.
Alguna vez bajé con él y le pregunté por qué hacía lo que hacía. Me dijo que no hace mucho tiempo allí conoció a una chica tan bonita y agradable que casi instantáneamente se enamoró de ella. Todo le gustaba, su cabello castaño que apenas se ondulaba, la sonrisa de niña tierna que combinaba perfectamente con los ojos miel que cautivaban, las mejillas siempre rosadas, la actitud siempre espontánea. Tanto fue su interés que le pidió a su amigo Ernesto que hiciera lo posible para conocerla. Luego de muchas vueltas y algunos tropiezos el pobre pero leal amigo no logró su cometido, pero al menos pudo averiguar cómo se llamaba. Aquella chica era Angélica.
31 de marzo de 2011
¿Y si hubiera…?
Vamos, es natural. Después de algunos años te preguntas qué hubiera pasado si en las decisiones que más trabajo te costaron o los sucesos que más te marcaron hubieras decidido de forma diferente. Es como tener muchos guiones incompletos con los que escribir nuevos personajes, para luego reencontrarte con ellos es una especie de reunión orgullosa y egoísta que irónicamente resulta placentera.
Lo que es peor, sólo hace falta un estímulo minúsculo para en seguida dejarte llevar a recordar. Generalmente basta con tener noticias de alguien que actuó de manera diferente o quien te acompañaba en ese momento. Ahí es cuando caes en la cuenta de que el tiempo realmente pasa. ¿Fue acaso ésa y solo ésa la decisión responsable de que los antes compañeros ahora se encuentren tan distantes? O es la suma de decisiones que se desencadenaron después? De cualquier manera ahora se pueden apreciar los resultados, con todo lo bueno o lo malo que estos pueden significar, pero sobre todo con la diferencia abismal entre lo que ahora eres y lo que pudiste ser.
Luego de un brevísimo resumen de los hechos (al mas puro estilo de un noticiero o programa deportivo) regresas a la emoción de esa eterna duda binomial: ¿sí o no? ¿Qué? muchas cosas. Le digo, me subo, lo dejo, lo hago, lo rechazo, voy o lo cambio. En este caso digamos que es una combinación “le digo, lo hago y voy“. Con el resultado ante tus ojos puede que cambies de opinión; puede que finalmente conozcas algo que siempre supusiste y que te hará sonreír o llorar; puede que te preguntes incluso si aún no es demasiado tarde como para dar marcha atrás. Lo cierto es que no serán las mismas condiciones, que no habrá los mismos resultados y que la ilusión de determinismo empírico simple es en realidad la nostalgia por una oportunidad pasada que precisamente ya no volverá.
20 de marzo de 2011
Décalage sur le temps
Peut-être un peu étonant pour ceux qui ne savent pas déjà, mais l’imitation c’est le méchanisme le plus simple pour démarrer le processus qui aboutisse finalement dans une amitié. Toujours comme au début de l’éxistence du être humain, on aprécie les gestes les plus pareils aux nôtres et éventuellement on éxige une sorte de synchronisation existentielle comprenant les souhaits, les craintes, la culture, les habitudes, la maturité, la langue et même l’apparence. Alors parfois il est possible que dans un groupe certains membres, pour quelque soit la raison, ne réussisent pas à maintenir le rythme. C’est dans ce cas qui se produit le décalage.
8 de marzo de 2011
Subestimadas
Más que a los hombres me dirijo a los caballeros, consumados y en proceso. Todos aquellos que han sido benditos con la presencia de una o más mujeres en su vida diaria. Sea una novia, una amiga, una conocida, una compañera o una total extraña obsesivamente interesante. A ustedes les pregunto ¿Se han dado cuenta del portento que tienen a su lado? Más allá de la cara que saludan diariamente hay un mundo de encantos listo para ser descubierto. ¿Lo han visto?
Humanos como somos, apreciamos el cambio brusco sobre el gradual. En otras palabras, una cara bonita o un cuerpo atractivo son fáciles de ver, pero cuando se trata de cualidades o pequeños detalles nuestra vista se torna más corta. Lo peor, intentamos disimularlo con algunos comentarios vagos que no hacen justicia a la situación.
Así que la próxima vez antes de contemplar perdidamente un escote (delirio de todos los hombres) convendría pensar en la gran experiencia que dejas atrás. Aquella mujer que tienes enfrente bien podría ser la que inspire la idea genial que algún día dará sentido a tu vida. Sea a base de evasivas que te hagan buscarla hasta perseguirla o con el aún más sutil arte que prácticamente emane en su día a día.
Puede ser el sabio consejo y acogedor consuelo en medio de las dificultades que todos los días te acechan. Incluso a estas alturas y sin que te dieras cuenta ya pudo haberte evitado algunos tragos amargos, apartándote de quien no te quiere o queriéndote para que no te sientas apartado.
Quizás con ella construyas los recuerdos más intensos de tu vida, tan intensos, tan perfectos, tan fugaces y tan sinceros. Precisamente los que te harán sonreír cada vez que los recuerdes, como el signo irrefutable de una etapa más hermosa, cuando reíste a más no poder y jugaste como niño aunque no lo fueras. Una etapa donde ella te acompañaba.
23 de febrero de 2011
¿Cuánto?
1 de febrero de 2011
Mezcla de deseo y amor joven con restos de flechazo adolescente.
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(CC) Ed Yourdon/Flickr |
Niños en el hielo.
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(CC) Emile Bremmer/Flickr |
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(CC) ☺ Lee J Haywood /Flickr |
3 de enero de 2011
Arquetipo maternal
Como olvidarlo, en medio de toda la violencia y la desconfianza decidió aceptarme. Hasta la fecha no me queda duda que hubo quienes intentaron persuadirla de lo contrario, sin embargo creyó en mí. Un pobre muchacho cuyo mayor aporte era apoyar en los pequeños trabajos que podrían surgir.
Una vez dentro, no había límites ni reglas explícitas a seguir. Sólo la presencia de mi benefactora bastaba para indicarme instintivamente lo correcto y lo prohibido. Más aún en aquélla casa de paredes anchas y ventanas altas reinaba una silenciosa calma que poco a poco fue domando mi maleado espíritu. Los deseos impuros se transformaban en iniciativa de trabajo. Las ideas ofensivamente revolucionarias tomaban su cauce apaciguando todo el ruido que traía del exterior.
A decir verdad la misma casa se prestaba mucho para tal efecto.
18 de diciembre de 2010
Equivalencia lingüística
Dados los síntomas puede hablarse de un cambio hostil en el comportamiento producto de la pérdida de una extensión virtual de la memoria, interpretada psicológicamente como la repentina inaccesibilidad a información especializada sobre ciertos sucesos y temas anteriormente accesibles de manera sencilla.
Es sentir la ausencia que dejaron esos pequeños detalles que hacían los días malos más llevaderos y los buenos, perfectos. Es saber que desde hace unos momentos todo ha cambiado y no habrá más oportunidades para reír, jugar y abrazar como antes. Es querer volver atrás y no poder hacerlo.
***
A nivel fisiológico es la disminución brusca en la producción de hormonas, específicamente dopamina y norepinefrina acompañada de un incremento en los niveles de serotonina. La inversión de los procesos propios de la empatía y la cordialidad.
Es un vacío que te oprime desde que lo recuerdas durante los primeros momentos en la mañana y que no te deja hasta que pierdes la consciencia por la noche. Es repasar la situación una y otra vez imaginando diferentes finales, atormentándote con las múltiples fantasías que el “hubiera” puede dar.
15 de diciembre de 2010
Esa torre de madera.
La noche esta ya bien avanzada, haciendo que tanto las incontables estrellas como las incesantes olas bañen apaciblemente la costa. En medio de aquella mezcla inmensa de luz tenue, agua y arena se puede ver una especie de torre hecha de madera, en cuya cima se encuentra una fogata. Sus llamas alumbran y calientan a un hombre solitario que apaciblemente duerme a su cobijo.
De pronto, sin aviso alguno, la torre cruje y se desploma. El fuego cae y con sus brasas chamusca al náufrago. Aturdido, sorprendido y desorientado el hombre grita, golpea la arena, se agita y al final, agotado por la impotencia y la desesperación, se echa a llorar. Esta no es la primera vez que le sucede. En otras ocasiones su torre se ha desmoronado. A pesar de sus cálculos y correcciones la estructura es siempre inestable y en el momento menos esperado, cae. Lo deja sin luz ni abrigo, a merced de la noche inmensa con la mirada absorta y el cuerpo tembloroso, regresan las sombras...
Lo que el no sabía es que en su afán de enderezar más lo que ya estaba derecho provocaba más derrumbamientos y el constante debilitamiento de los maderos con los que cada vez reconstruía. Eventualmente alguno se vencía y acababa por romperse, sin embargo siempre habría palmeras para cortar nuevos maderos, ¿o no?
1 de noviembre de 2010
Huesuda y blanca, pero nunca fea.
por pasarse de preguntón
a la muerte colmó el plato
y se ganó un calentón.
“Tú te pasas de indiscreto
ni que fueras periodista.
Por ser disque analista
ya no me tienes respeto.”
“Para mí que fue tu orgullo
el que salió mal herido
y además de ofendido,
me quieres hacer chanchullo.”
“No te me pases de listo
que sorprendo al que me pise,
no por nada siempre dicen
que soy lo más imprevisto.”
Flaca, yo na’ más te digo
que aunque ya esté en mi tumba
con gusto bailo contigo
una rumba de ultratumba.
Catrina no se contuvo
y le soltó un guadañazo.
Así el pobre nunca supo
de dónde vino el trancazo.
Y es así que por la buenas,
bien flojito y cooperando,
se murió sin una pena,
el pequeño Alejandro.
Mientras duraba el velorio
mucha gente fue pasando
a desearle un buen descanso
evitando el purgatorio.
Luego entre muchas tumbas
la flaca iba festejando
que aunque pálida y huesuda
otro llevó al camposanto.
Pero el necio empedernido
que no era nada bromista
recordó lo prometido
y a bailar sacó a Catrina.
Ahora que ya he fallecido
y te encuentro más canija…
¡De tí no me he arrepentido!
¡A tupirle al baile mija!
27 de octubre de 2010
Te lo agradezco
Es increíble lo bien que me ha hecho tu ausencia. Contrario a lo previsto, tenerte fuera del alcance ha teñido el ahora de un rosa grisáceo bastante placentero. Simplemente no hay problemas. Quizás sea una curiosa coincidencia, quizás sea la verdad.
De cualquier manera agradezco a la filosofía, de no ser por ella no hubiera sido capaz de separar al ideal de ti, su más próxima candidata. Maneras nunca practicadas de conocer y controlar los sentimientos, ofrecen más caminos que la simple e inicial descarga de coraje. Es agradable llegar a un estado en donde prevalece el “pudo haber sido pero no hay problema” sobre el “algún día podrá ser porque tengo las pruebas”.Vivo y decidido, al fin acepto que el poder es una fuerza que nunca tuvo necesidad de ser remplazada.
Aún así tengo pendientes al menos un par de deudas. Afortunadamente no requieren de tu presencia. Espero pronto cumplir con el relato que mi alter ego biógrafo muere por tener, un capricho anecdótico que recoja los fragmentos de un sueño atrasado. Pero antes debo de cumplir con tradiciones y evocar a la muerte chusca e imaginaria, la misma que se suscitó al, diría perderte, pero elijo separarme.
Ya no eres la prioridad en la lista, la crónica se ha vuelto reliquia. Disfruta tu elección acostumbrada, la que negaste tanto tiempo sólo para ocultarla. De mi parte sinceramente te pido alejes a la mariposa que pertenece al bosque cautivo, un ambiente que en nada se parece a esta nueva y libre comunidad de esperanza.
Recuerdo de mi epifanía, hipotética luz que guardaría la calma: te agradezco que te hayas ido y me dejes construir la misión encomendada.
17 de octubre de 2010
Cuando el niño se vuelva hombre.
Atardece en fin de semana. A pesar del inusual descontrol y las obligaciones contraídas, camina feliz por las calles. Recorrer este camino le hace pensar en las promesas existentes para cada fin de semana. “Tal vez el siguiente” piensa, mientras conversa de cualquier cosa con el amigo que le acompaña. Si estuviera ella… “Pronto, pronto” se repite.
Pasa cerca del museo. Recuerda una exposición algo interesante para visitar. De no ser por su presente destino entraría a dar una hojeada. Es más, alguien sale…
Es él. Se le ve sonriente mientras da una media vuelta. Por un momento parece haberlo descubierto también, pero luego continúa hasta verla a ella. Ahí está, en la tarde de un domingo con falda clara y zapatillas. La inconfundible cabellera. Se acerca a él, se abrazan. Luego caminan alejándose por la misma banqueta, tranquilamente él toma su mano.
A los pocos metros se detienen y contemplan el interior de una iglesia. “Entren, entren” piensa visiblemente alterado, mientras sigue acortando la distancia que hay entre ellos y él. Continuan. Los ve cruzar la calle y la perspectiva cambia. Su silueta perfectamente enmarcada por la falda hasta hoy desconocida la hace ver como la mujer en quien siempre pensaba.
Por obvias razones seguirá un camino distinto, sin la más mínima duda del inminente reencuentro.
11 de octubre de 2010
Desajustes imprevistos
Sabía lo que hizo. O mejor dicho lo que no había hecho. De todas las posibilidades implicadas, no había una sola que hubiera pasado desapercibida. Simplemente no debería estar pasando. Pero así es la magia del ser humano. Tan impredecible y enigmático, más que cualquier ciencia exacta. Y así se atreven a menospreciar el arte.
Él era Eugenio, un escritor novel que batalla desde hace seis meses por escribir su ópera prima. Su problema no es conseguir una trama interesante, después de todo un poco de café mientras contempla a la gente pasear en el parque cercano a su casa siempre da la pauta de una historia torcida. Lo crucial son sus personajes. En ellos se decide la verdadera esencia de su novela, es su estilo, su propuesta.
La mayoría del tiempo lo había pasado esbozando los comportamientos ocultos o inscritos en su apariencia. A veces por el gusto de compartirles un poco de sí mismo, a veces por consecuencia de la identidad poco a poco adquirida. Luego de algunos meses los seres inventados dejaron de ser ficticios, volviéndose sus conocidos. Unos eran sus amigos y confidentes, con ellos pasaba la mayor parte de su tiempo. Otros eran enemigos y detractores impacientes por traicionarle y dañar a sus seres queridos, si una afirmación así tiene sentido.
Un día ligeramente diferente se encontraba el autor terminando un capítulo particularmente placentero, donde la empatía entre sus creaciones simpatizantes alcanzaba un nivel pocas veces visto. Se habían confortado y animado, escuchando atentamente cuánto problema hubiera por decir. Luego habían reído felices de tenerse como apoyo, animados por la esperanza de días placenteros. De pronto, sin aviso alguno, un sutil cambio de opinión desata un malentendido imprevisto aún por el propio Eugenio. Incómodos vetos y silencios tornan el ambiente amical en un nido de intrigas y desconcierto.
Imposible retroceder, los cimientos de recuerdos eran demasiado sólidos como para demolerlos. Increíble forzar otros eventos, se volvería intolerablemente fingido. Las posibilidades se cerraban ante los ojos atónitos de un autor súbitamente convertido en espectador.
Incapaz de intervenir en un desenlace que amenaza con arrebatarle a sus amigos, Eugenio guarda silencio en un intento por contener la confusión y la impotencia emanada del conflicto. Una simple línea volvió un inminente y calmo desenlace en un giro apasionante y excesivamente intenso. Con la garganta anudada y los inminentes sollozos espera quieto la comprensión de los personajes por su autor ingenuo.
Errores de una pluma amateur demasiado costosos como para dejarlos en el tintero.