2 de agosto de 2011

Carta a los niños de México


(CC) xavi talleda/Flickr


Queridos niños,

Trataré de hacer esto lo más corto posible para no quitarles mucho tiempo de juego, esperando que cuando lo lean aún puedan tener la tranquilidad y las ganas de jugar.Así que iré al grano: seguramente han oído hablar a sus padres cuando  no debieron. Es normal, tarde o temprano todos somos curiosos. Algunos quizás ni siquiera tuvieron que esforzarse, la discusión llegó a ustedes. De todas maneras se enteraron de lo mismo. Escucharon lo mal que esta todo, las críticas sin descanso a todo y a todos y la maldición que al parecer sufrimos en México de como cada vez vamos de mal en peor.

Es normal, como mexicanos siempre nos terminamos quejando.

Luego de años les parecerá que todo eso es cierto. Si deciden creerlo verán cada problema como imposible y cada defecto como incorregible. Se acostumbrarán a saber que siempre hay alguien mejor. Confiarán en todo lo no hecho en México y vivirán esperando la ayuda caída del cielo, el programa realizador de sueños, la oportunidad que les cambiará la vida. Entonces se habrán convertido en aburridos adultos.

Sin embargo hay algo que pueden hacer para evitarlo.
Una forma para evitar caer en el mismo juego y descubrir que eso no es todo lo que les espera. Probablemente nunca se los han dicho y cuando lo comenten con sus padres les digan todo lo contrario, pero si de algo estoy seguro es de esto.

Niños, cuando crezcan no sean como nosotros.

Olviden todas nuestras frases y hábitos. Olviden lo que nos gusta y cómo pasamos los domingos. No nos crean, no nos sigan, no nos imiten. 

(CC) sebpaquet/Flickr

Escondidas por todas partes del territorio mexicano hay cosas mucho más interesantes de lo que jamás han imaginado. Hay verdaderos tesoros y misterios que ruegan encontrar a alguien capaz de resolverlos, desafíos tan estimulantes y entretenidos que harían ver a tonto al más sofisticado de los videojuegos, aventuras que servirían para contar más de mil cuentos: maravillas perdidas buscando un dueño.

Pero hasta ahora hemos tenido miedo. Los adultos nos hemos quedado encerrados en nuestras casas creyendo no poder hacer nada mejor de lo que ya se ha hecho. Vivimos recordando un pasado hermoso cuando niños como ustedes consiguieron todos esos premios. Un tiempo donde creíamos y podíamos, donde luchábamos y vencíamos. Una época donde no éramos simples, asustadizos y viejos.

(CC) vokeron7/Flickr


Si nos preguntan lo negaremos. Algunos dirán que son fantasías, puros cuentos. Otros dirán que fue un sueño, que necesitan crecer, volverse como ellos. No faltará quien les diga locos, tontos, ilusos y palabras aún peores que espero sigan siendo para ustedes un misterio. Pero no les hagan caso: al crecer aprendemos a reaccionar de más cuando no debemos.

En lugar de eso desafíenos, demuestren cuanto nos equivocamos, hagan las cosas tan bien como para reclamar esos premios. No se cansen de ir más lejos, de llegar más alto, de pisar más fuerte. Sean los niños que extraña México,  y cuando crezcan sean unos nuevos adultos, unos mejores mexicanos.

Así, cuando los nuevos niños los escuchen, en vez de entristecerse querrán ser como ustedes y ustedes serán como ellos.
(CC) tibchris/Flickr

Con cariño,

Los antiguos niños de México.

1 comentario:

  1. Que monito!! yo creo ke es importortante cuidar a los pequeños nosotros, para no envejecer o encuadrarse.
    Hago algunos examenes de conciencia en que planteo una cita con mi version Ari de 9 años, sobre todo cuando me da miedo, webita o duda sobre alguna decicion... xD asi es facil saber si estas faltando a tus valores, atravez de sus ojos puedes verlo todo mas facil y aventarte, hacer las cosas mas sencillas.
    Hasta ahi esta muy lindo, pero me trae un trauma, le tengo mucho miedo a ke en una de mis citas esa pekeña yo me tema, le de pena o me diga ke soy lo ke no kerria ser =(

    ResponderBorrar