4 de junio de 2013

Cosas para regalarme

Sin ocasión aparente, solo por que te pareció hacerlo. Como premio a un favor que no supe que estaba haciendo. Como pago anticipado, como ejemplo de lo que debo dar a cambio. Alguno de los elementos de esta lista seguro provocarán más de una sonrisa instantáneamente.
(cc) DaveBleasdale/ Flickr
  • Un libro de bolsillo. De preferencia pasta dura, aspecto antiguo pero no arcaico, 7x11 cm. De algún autor interesante. Narrativa solo en caso de que sea muy buena. Sino algo para reflexionar es suficiente. Perfecto para los viajes diarios o largos, noches en vela y colas inútiles; osea la mitad de mi vida.
  • Un par de Converse. Sí, de esa marca. Rojos o azules. Agujetas blancas... todo bastante clásico. Serán para recorrer el mundo.
  • Libreta de bolsillo. Casi las mismas especificaciones del libro de bolsillo, agregando solo el elástico para mantenerlo cerrado. Negra, roja, cafe, azul o verde. Leuchturm de ser posible y punteada. Sino las clásicas hojas rayadas están bien.
  • Una estilográfica fuente. Acompañada de una buena dotación de cartuchos. No tiene porqué ser cara. Con una china de plástico que se vea medianamente viril y que tenga el mango completo (nada de versiones resumidas) es más que suficiente. Definitivamente para garabateos, notas breves, dibujos y otros desvaríos que me pasan diariamente.
  • Una cámara fotográfica de bolsillo. Digital obviamente. Tan pequeña que parezca casi espía. China, ya no queda otra alternativa. Igual que la libreta, siempre hace falta una de esas para captar la magia del momento. Y no, la del celular no funciona igual.
  • Una lámpara de lava negra con lava roja. Básica para construir mejor la atmósfera bohemia.

(cc) inkiboo/Flickr

Y nada más. Francamente en un inicio pensé que sería una lista mucho más larga, pero quizás por culpa de mi pereza para redactar coherentemente o a una inesperada sencillez materialista muy bien escondida, la bandolera de piel café o negra, el sombrero hipster, la lámpara de lava y el pocket pikachu gs suenan a demasiado pedir. O tal vez no.  De cualquier manera ya sabes. Si algún día necesitas con quien mostrar tu grandiosa generosidad, yo soy el indicado.

Ah, y desde ya gracias.

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