La suave brisa me refresca.
Sola y en el pasto tendida
Mirando la bóveda inmensa.
Ahí, quietas las estrellas
Cada una brilla, cada una bella
Noche tras noche sencillas
No se envidian ni se celan.
¿Porque las personas no se les parecen?
Con esa tranquilidad y esa paciencia.
¿Que tienen ellas que ellos carecen,
Para no ser iguales en interior y en apariencia?
Si cada uno fuera una estrella
Pienso: no podríamos ser idénticas
Porque cada quien decide su trayecto
Sea en la razón o en la poética.
Con mis sueños e ilusiones aun en la cabeza
Divago entre las calles, veo algunos rostros
Aunque en cada uno veo otra faceta
Todos son igual de viles: envidias con enojos.
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