29 de febrero de 2008

The rebirth of mankind



Solo es cuestion de dejarse llevar... dentro de pocos años estaremos colapsando el modo de vida que míseramente llevamos hoy y la humanidad como la conocemos desaparecerá. Pero el hombre no. El hombre permanecerá para atestiguar el poder divino manifestado en la naturaleza.

Será vulnerable de nuevo, como al inicio de los tiempos. Alrededor suyo solo verá los restos de su antiguo y retorcido orden, que le recordarán sus errores y jamás sus pobres aciertos. Ante él solo la luz cegadora del creador le abrirá los ojos y podrá ver el verdadero destino de su raza.

Verá el verde de la naturaleza y comprenderá que era todo lo que necesitaba y que siempre renunció a ello. Verá manar el agua de la tierra diáfana y pura y sabrá que en su tiempo no supo más que contaminarla.

Recordará que en su tiempo el exceso y el derroche eran los estandartes que simbolizaban su causa. Tener, poder, vencer, superar y vengarse... Para eso vivió y por eso pagó el precio. Entre humo y sudor erraba por la vida, cual lobo hambriento que consumido por las bajas pasiones, comete atrocidades con tal de satisfacer su voraz hambre de placer...

En ese nuevo despertar el equilibrio será restaurado, la vileza y la hipocresía serán erradicadas y la ley natural volverá a regir sobre el planeta. El hombre podrá vivir en ese mundo a cambio del poder que detentaba en la antigua Tierra y su sustento será el fruto de reconstruir el legado de las antiguas civilizaciones, que fueron ignoradas en el pasado, reivindicándolas ya sea por gusto o por fuerza.

No intentemos negar el futuro inminente, pues bien es conocido que sufre más quien huye de la muerte que quien la recibe como una vieja conocida. Que lloren los que han hecho sangrar a la Tierra y a los hijos que habitan en ella, porque pronto llegará el día de su juicio. Alégrense los que han sido explotados, porque serán sus descendientes, surgidos de sus cenizas, los únicos que permanecerán con vida.

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