8 de junio de 2010

Tengo antojo.

667375927_948a889acc_oDe nuevo tengo atravesado un antojo. Simple, pequeño: seguro que con unas papas se calma.

Camino, veo las tiendas llenas de envolturas brillantes y anuncios municiosamente diseñados para convencerme a comprar. Ningún color parece surtir efecto. Sufro de daltonismo consumista.

Percibo olores de antojitos, de viento y un poco de humo. Aún nada me convence. ¿Será una bebida? ¿Un jugo? ¿Un líquido de colores vibrantes y sabor desconocido?

¿Se masticará como un chicle? ¿Crujirá? ¿Se amasará en mi paladar dejándome jugar con una masa por demás asquerosa y divertida?

No doy ni con el sabor, ni con el olor, ni con la forma del misterioso bocadillo providencial.

No creo que sea caliente, más bien fresco. Tal vez un poco tibio… hace un tiempo que no tomo café. (¿Mi cuerpo pidiendo estrés?) ¿Se chupará? No, no creo que sea dulce, tampoco salado, un sabor más neutro, más familiar, tal vez sea MÁS HUMANO.

Si la lengua quiere jugar, los dientes quieren mordisquear, los labios disfrutar el constante abultamiento de un espacio reducido… no, no creo que el chocolate sirva en esto.

Es más sutil, más visceral, una paradoja de sabor insípido que tienta en tiempos que el calor alcanza su máximo punto.

Es un bocadillo que no se compra pero si cuesta. No tiene receta pero si depende de quien lo haga.

Es alimento, es juego, es intimidad y esparcimiento. Es un antojo absolutamente común y veraniego.

4371338188_c80974d389_b

Sí… ese es mi antojo.

1 comentario:

  1. ha sido una perfecta lectura para un dia frio =3
    Atte. Aridevia

    ResponderBorrar