22 de diciembre de 2009

El Ruedo del Amor

rodeo amor

Es cuestión de ajustar los enfoques, de re categorizar los sentimientos y de aceptar las posiciones, en menos de lo que se espera encontraremos en el encuentro casual de una pareja una fiesta de brava de pasión.

Lleno de detalles y lujos, se prepara la plazuela donde se llevara a cabo la lidia. De entre los muchos escenarios, unos pueden ser más activos, más oscuros, más públicos o accidentados. En general son lugares de gran cupo, verdaderos recintos para gran cantidad de espectadores.

En otro tiempo las jornadas eran más sencillas, el caballero hacía las veces de un rejoneador y pese a lo burdo de la comparación, la dama era la bestia indomable que debía ser sometida. Más hoy en día los papeles se han vuelto difusos, las máscaras protegen identidades y permiten que tanto uno como otro sea cazador y cazado.

Cuando el varón toma la espada y el capote se convierte en héroe, en hombre. Se arma de valor, de fuerza, de orgullo, de alteza. En el intento de obtener la victoria, se enfrasca en la difícil tarea de intimidar y atraer a su doncella. Ropa ajustada, actitud territorial y dominante, breves afrentas con otros toreros que vayan en pos del mismo objetivo. Todo él, en estado y energía, se convierte en un constante ofrecer posición, protección, recursos, la comodidad y calma de una protegida que a cambio entregue fidelidad, ternura y la manera de perpetuar la descendencia.

Si la mujer es la que se alista a la faena, su mente confabula las más certeras y mortíferas armas con las que atacar a un hombre, su indefensa presa. Juegos, coqueteos, insinuaciones, invitaciones a un pecado que de solo imaginarlo incita a la rendición. Como si ello no fuera suficiente, tiene a su alcance un arsenal de estímulos visuales que confunden y excitan. Maquillaje, accesorios, perfumes y prendas. Todo un arte de seducción inmejorable que derrite las pupilas. Gracias al código de honor que entre ellas aún existe, toda su atención la centra en su elegido. Los ojos asientan la mirada en su objetivo, donde quiera que este se dirija y mueva.

Ambos luchan incansablemente, deciden su siguiente acción sobre la marcha, y dan al público un verdadero espectáculo que levanta insultos o alabanzas. Haciendo uso de cuanta habilidad dispongan, unos hacen muestra de su capacidad artística o su talento en oratoria. Unos crean artificios visuales que se imponen como luces pirotécnicas y otros conducen a su pareja en un baile que someta en el dulce ritmo de una canción romántica y amena.

Espectáculos románticos que encierran en la creatividad y el autenticismo la belleza de un amor que flamea joven en cada corazón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario