25 de abril de 2011

La posibilidad de decir SI

piensalo

Todo puede cambiar. Piénsalo. Si estuvieras lo suficientemente convencido (y tuvieras las agallas ) podrías decidir dejarlo todo y tomar una vida nueva en cualquier momento.

¿Quién te detiene para salir a la calle y convertirte en un ermitaño que busque el sentido de la vida mientras sobrevive con lo que la naturaleza, así de jodida como la ves, te puede dar? ¿Quién te impide dejar atrás tu nombre, tu vida, tu futuro, tu presente, todo a cambio de una hoja nueva? Es cierto, algunos te llorarán, otros te buscarán, algunos más incluso reconocerán que al irte se han dado cuenta que su odio no era más que afecto o admiración malentendidos, pero nadie te obligará a regresar y retomar esa identidad vieja, a veces más llena de vergüenzas y fracasos que de alegrías y triunfos. Una identidad que te restringe al mismo tiempo que te impulsa. La que limita tus nuevas decisiones justificando una ganancia a todas luces no muy clara.

Incluso si quieres ser un poco más extremo, podrías reclamar ni siquiera hablar la lengua con la que creciste, no haber nacido donde naciste, ni en cualquier otro lugar; ser aquel desconocido que viene de todos lados y de ninguno, con la única intención de ir directo a un destino ignorado; ser el rostro vagamente conocido que todos reconocen pero al que nadie se ha atrevido a preguntar cuál es su nombre; ser el vigilante anónimo que disfrute de entender lo que nadie puede, por estar tan ahogados en esa realidad a la que llaman vida: la que esta llena de trabajo, preocupaciones, excesos y otras estupideces.

crowd

Podrías ser lo que todo mundo ha querido y nadie a podido ser, el fugitivo renegado que desafía todas las leyes establecidas, el que no rinde culto al dinero ni al poder. El tipo de héroe con el que todos sueñan

cuando quieren salir de la rutina, la excepción de toda regla. Un vagabundo trotamundos, un negociador seductor pero sin techo, un nudista amante de cualquier humano, un filósofo que se burla de lo mas prohibidos tabúes. La liberación perfecta de un yugo auto impuesto, la expresión completa del libertinaje, sin las patrañas moralistas con las que siempre te han querido mantener alejado y que chocan tan flagrantemente con la realidad evolutiva que se expresa en lo mas íntimo de nuestros genes: Somos egoístas y persistimos en la medida que más lo practicamos, viendo el beneficio propio encima del ajeno. ¿No es ése el fundamento sobre el que se inicia cualquier imperio? Sin él, ni Roma ni Berlín serían recordadas, lo mismo que nombres como Alejandro, Adolf, Che o Napoleón. Son a ellos, los egoístas, a los que el mundo recuerda. Los que decidieron compartir parte de su presencia con otros (o cederla en absoluto) son los olvidados, los sin nombre.

La decisión, por mas absurda, ilógica, ingenua, fantástica, irrealista o imposible que parezca, está en manos únicamente de una persona, . Si dejas fuera absolutamente todo lo que no eres: lo que te enseñaron a creer, lo que aprendiste a temer, lo que te quieren inducir a pensar, lo que conoces y lo que crees entender, entonces te darás cuenta que este es el mejor momento para volverte lo que nunca te has atrevido.

 possibility

La oportunidad de vivir esa fantasía reprimida descansa en la poderosa posibilidad de tu mente para decir «sí».

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