Dados los síntomas puede hablarse de un cambio hostil en el comportamiento producto de la pérdida de una extensión virtual de la memoria, interpretada psicológicamente como la repentina inaccesibilidad a información especializada sobre ciertos sucesos y temas anteriormente accesibles de manera sencilla.
Es sentir la ausencia que dejaron esos pequeños detalles que hacían los días malos más llevaderos y los buenos, perfectos. Es saber que desde hace unos momentos todo ha cambiado y no habrá más oportunidades para reír, jugar y abrazar como antes. Es querer volver atrás y no poder hacerlo.
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A nivel fisiológico es la disminución brusca en la producción de hormonas, específicamente dopamina y norepinefrina acompañada de un incremento en los niveles de serotonina. La inversión de los procesos propios de la empatía y la cordialidad.
Es un vacío que te oprime desde que lo recuerdas durante los primeros momentos en la mañana y que no te deja hasta que pierdes la consciencia por la noche. Es repasar la situación una y otra vez imaginando diferentes finales, atormentándote con las múltiples fantasías que el “hubiera” puede dar.
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Se refiere a la manifestación de signos propios de la angustia y tensión tales como mirada absorta, variaciones de temperatura en ciertas áreas del cuerpo, adopción de una postura fetal y manifestaciones crónicas de depresión.
Tu mente se enreda en el conflicto y no hay nada para salir de ahí. Es una necesidad constante que te persigue, quieres salir corriendo a buscar la satisfacción, pero ¿a dónde?, ¿con quién? en la misma solución está el problema.
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Es una manifestación anímica de carencia y descontento.
Es querer intensamente la compañía de alguien y no tenerla.
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Deficiencia en la simbiosis empática de dos personas.
Maldita falta que me haces.
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Un individuo requiriendo de otro.
Te extraño mucho. Te quiero.
No podría estar de acuerdo con muchos sobre que las mujeres son como obras de arte… las mujeres son y seran siempre como la mejor taza de café: un trago amargo tras otro pero si encuentras a la adecuada y tan solo con el primer sorbo, ya eres adicto... y como duele la dependencia, como pesa la adicción.
ResponderBorrarexcelente... pensandolo ahora podria ser posible que algunas personas experimentemos esa necesidad con mas fuerza ke otras, en la capacidad y frecuencia de liberacion de quimicos, asi como los "estandares" que manejemos personalmente, seria algo así como un grado de pasion jajaja
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