Sucede que en una aldea sureña los habitantes llevan una vida dura por las aspiraciones que de antaño tienen. Cada día el jefe de la comunidad les impone pesadas tareas que pese a las complicaciones y sacrificios que requieren, terminan siendo una satisfacción para los pobladores durante los pocos momentos de descanso que tienen al llegar el verano y el invierno.
Es tal la concentración y el esfuerzo de los pueblerinos que pocas veces se percatan de lo que en los alrededores sucede. Por ello es frecuente que eventos inesperados usualmente contravengan las intenciones de los lugareños.
Uno de sus habitantes más jóvenes se da cuenta de esto y decide retirarse a las cercanías de su pueblo para advertir de los sucesos antes de que logren un daño sobre el esfuerzo de su querida villa. Cuando hace esto, sus amigos y conocidos suponen que se ha cansado de la vida en el lugar y ha decidido irse a donde pueda ser el mismo.
En los días siguientes pequeñas historias aparecen en los rincones de la comunidad. Pergaminos que cuentan historias metafóricas y rimbombantes sobre la aldea y sus orígenes, su camino, sus opciones. Usualmente son colocadas por el joven y novato ermitaño en lugares tan escondidos y despoblados que solo son leídos cuando uno de los pobladores cree ver una sombra escabulléndose luego de dejar el pergamino. Más ya sea por el estilo de la redacción o lo extremadamente familiares que les resultan las anécdotas que cada vez más personas buscan encontrarse con alguno de esos pergaminos sorpresa de los que, ahora se sabe, hay varias copias.
Es así como esas historias con la atención que reciben se hacen objetivo de críticas. Parece ser que en opinión de su autor, todo lo que vislumbra en el futuro de la aldea son duras y amargas experiencias. Sucesos imprevisibles, logros obstaculizados, en esencia un mal agüero. Es latente el reclamo de un pueblo que exige la presencia del escriba, más al estar en sus diarias ocupaciones, les es imposible salir en su búsqueda.
El joven ermitaño que siempre busca permanecer al tanto de cuanto sucede y aflige a su querida aldea, conoce la queja y sorprendido por la demanda, decide retirarse largo tiempo a reflexionar sobre su modo de proceder.
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