Estado de cuenta.

Ya pasó un mes, y así como con las Olimpiadas de Beijing 2008, cada vez falta menos tiempo para que llegué el gran momento.

Siendo honesto, no tuve un buen inicio. Lo más decepcionante es que no fue por culpa de otros que haya empezado con el pie izquierdo. No fue el huracán, no fue la corrupción, no fue el nuevo gobierno a un año de seis. Tampoco fue por errores garrafales ni azares del destino. No fue un designio divino ni falta de capacidades. Simplemente tuve un montón de pequeños errores. Errores tan estúpidamente sencillos que pareciera que los cometí adrede, aunque en un momento en el que no me puedo permitir perder la mas minima ventaja, es obvio que no quise demostrar mi idiotez en aquella forma tan peculiar.

Ahora lo simpático es la sarta de autorepoches que me ahre en los proximos dias. Por eso quiero mi lado exagerado, apenas empezando y haciendo una novela estilo epopeya. Algunos de aquellos reclamos tendrán justa razón y hasta me ayudarán a evitar volver a caer en lo mismo. Pero otros (la mayoría) solo harán que la presión aumente y por ende mi temperatura también.

Los ojos con sueño, la desgana, la insaciable falta de tiempo son síntomas inequívocos de que el trabajo vuelve a ser el mismo de siempre. Lo malo esta en que yo no quiero seguir siendo el mismo de siempre. Estimo mucho las ventajas de ser modelo a seguir, pero realmente detesto que ese titulo sea una mera ironía con lo que pasa en realidad.

Pero empezamos un nuevo periodo. Ahí esta la clave, aunque voy a tener que hacer ciertos ajustes que me van a costar algo de trabajo, aun es muy posible terminar cumpliendo el sueño de terminar este ultimo año aquí.

Una cosa es segura, este año voy a tener que hacer el trabajo completo, nada de atajos ni exenciones, solo trabajo puro y duro. A fin de cuentas esta vez solo quieren sudor de mi frente... Y si no hay eso, entonces habrá sangre.

A pesar de mis errores, creo que el saldo aun es bueno. No excelente como suele ser... pero si decente. De mi depende si la grafica vuelve a remontar o la dejo hundirse en la inmensidad de -y.

La esperanza permanece en la totalidad de mi universo.