25 de julio de 2007

La magia que ahora llega a su fin.

Al momento de recibir en mis manos el último libro, ya sabía lo que iba a pasar: cuando terminara este libro, cuando hubiera agotado hasta la última página, ya no habría más historias nuevas. La aventura que me ha acompañado desde que era un niño habría llegado a su fin. La magia por fin se habría extinto.

Aún así lo hice, lo comencé con el mismo entusiasmo con el que alguna vez comencé el primer libro de la serie, que no fue precisamente el primero. Suena un poco patético, y hasta algo enfermo; pero siendo honesto conmigo mismo no puedo negar que una parte de mi vida esta en esos libros. Viene a mi mente el recuerdo de los días en que la escuela era más bien una gran sala de lectura. No había tareas, ni preocupaciones, solo la fantasía de aquél mágico mundo al que llegaba a través de las páginas del Prisionero de Azkaban. Así de aislado y marcado como me encontraba en esos días, aquellos libros eran mi manera de entretenerme.

Con cada tomo nuevo, sentía como si en sus páginas fuera a encontrar las soluciones a mis propios problemas. Poco a poco me sumergí a mi mismo en la historia y aunque al principio me puse en los zapatos del mago de la cicatriz, luego tomé un lugar propio. Ya no era otra persona sino yo mismo presenciando todos los sucesos. Aún esta última vez, no pude evitar el escapar de esta realidad y viajar por algunos instantes a los terrenos de Hogwarts, al Callejón Diagon, a Hogsmeade, a todos los rincones donde yo mismo soñé mis propias historias, esperando que talvez algún supiera el verdadero final.

Ahora que ha llegado no puedo hacer nada más que guardarlo en mi memoria como uno de los recuerdos más grandes de mi adolescencia. ¿Cuantas veces no me identifiqué con aquél niño de ojos verdes y cabello rebelde? ¿Cuantas veces no compartí con el la soledad que se tiene por ser diferente a los demás, el júbilo de saberse entre verdaderos amigos, el valor para poder enfrentarse a la mayor de las batallas hasta entonces luchadas o el amor que inunda cada centímetro del cuerpo por aquella mujer?

Mucho de lo que ahora soy esta basado en las hazañas de esos libros, cuyas proezas solo han logrado crear una más grande, real: Transformar una generación entera en brujas y magos, y definir las posturas de justos y asesinos, quienes tal vez algún día también nos enfrentemos para librar la batalla por un nuevo ideal.

Pero ahora, ahora la historia ha terminado y mi camino sin duda alguna se separa definitivamente de las ideas del colegio de magia y hechicería. Yo tengo ahora una ideología no ajena pero si diferente a la del mundo mágico. Estas líneas solo son para recordar mi ilusión al pensar en el castillo, en las casa, en los fundadores, en la magia.

"Draco dormiens nunquam tillilandus."

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