13 de octubre de 2009

Pseudokafka a mi manera

balanzaMe he dado cuenta, tras un momento de verte a la distancia, de algunas cosas que había olvidado.

Estando con él pero no queriendo, permitiendo que invada tu espacio y ejerza las libertades que el mismo se ha otorgado. Esa es la historia que me han contado, pero será verdaderamente lo que está sucediendo?
En la admiración que creí una señal extinta, está una prueba de certeza. En verdad existe, en verdad puedes ser tú. Una de las sensaciones alejadas que en un momento de torpeza me preparé a apreciar. Es que acaso puede haber más verdad que en la que fue predicha?

En honor al nombre que llevo, he pensado en no contarte, para evitar con ello problemas de enlaces y afectos. Eso significa que no te quiero? Es acaso repetir la misma escena de la que se supone ya había aprendido?

Y si llego a la conclusión que todo el constructo mental que me justifica, a pesar de las evidencias que de fuera obtengo, no es más que una tergiversación de la realidad, propia de una mente que construyo un mundo a su medida a la defensa de su vulnerada integridad?

No es por ellos, sino por ti que me contengo. Pero de nuevo por ellos y no por mí es que me persuado. Un dualismo construido con casualidades: aún explicándolo vuelve a formarse.

Si en lo ilógico de un instante detenido e inexistente, libre de influencia de tiempos y potestades pudiera aclararse todo el hecho… Pero tal sería un poder que sólo por ser no nos pertenece…

Y de nuevo uso la palabra preso, contra cara de la libertad que busco y sueño. Dos posibles realidades en un solo momento.

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