29 de agosto de 2007

Cambios, cambios


Hace algunos meses no hubiera creído muchas de las cosas que actualmente forman mi universo. Pero gracias a Dios, desde lo mas profundo de nuestra estructura tendemos a cambiar, y de ahí hacia fuera.

La vida me sigue sonriendo, de eso no me queda la menor duda. Asimismo, la cuota por aquel gesto sigue incrementándose de la manera que lo ha hecho durante mi corta vida. Lo bueno de este trato es que ha medida que la cuota sube, irónicamente su precio parece más ligero de llevar.

Hoy fue un buen ejemplo de ello. Resultó que mi esfuerzo creativo quedo opacado por la difamación y la decisión democrática. En un simple asunto estético, el pueblo prefirió robar ideas que aceptar las verdaderas propuestas ingeniosas… Y así se hacen llamar ingenieros. Pero bien dicen que lo que no mata fuerza te da. Así, el optimismo realmente le planto buena cara al mal tiempo y lo que es más, me dejo tomar eso malo y convertirlo en algo bueno.

A veces eso me hace pensar en los principios que tanto idealizaron los matemáticos de antaño. Para ellos detrás de todo debía existir un orden lógico, una razón que le diera un porqué a todas las cosas. Estúpidamente (sin intención de ofender a ningún matemático) extendieron esta idea sólo al campo lógico, encerrando a ese axioma primario en un entorno exacto, frío e impersonal. Yo creo que ese axioma puede ir más allá.

Así como hay métodos para resolver problemas matemáticos, así también existen métodos para resolver problemas humanos, claro que al igual que las matemáticas, cada quien resuelve el mismo problema de manera diferente. Muchos de quedan en este razonamiento, sin ver que esta diversidad es la prueba inequívoca de que hay algo detrás que le da sustento a los diferentes procedieres.

Me gusta soñar que poco a poco me voy acercando a ese axioma básico de los problemas humanos. Tal vez solo sea uno, o tal vez sean varios, pero definitivamente son la clave de todo. Y es que pese a lo que otros pueden decir, avanzo constantemente y sin retroceder (prácticamente) hacia esa meta.

Me pregunto, si nuestro intelecto nos hace capaces de comprender tarde o temprano cualquier cosa que nos cuestionemos, o al menos eso aparenta, ¿Por qué se nos ha confiado este don a seres tan volubles e inestables como nosotros? ¿Acaso estas son características necesarias para desarrollar a la razón? ¿Son las pasiones, los sueños, los ideales, los miedos, energía vital para desarrollar el pensamiento?

Si eso es cierto, ¿Entonces el genio estará irremediablemente atado a sufrir a manos de sus propios sentimientos y emociones? ¿O puede evitar este proceso con su propia razón? ¿Pudiera la razón sustituir a sus propias fuentes impulsoras y volverse autosuficiente, o se extinguiría en el intento?

Tal vez solo necesitemos un poco más de evolución para saberlo…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario